por DL Banqueta
5 de junio de 2020
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Hace dos meses que comenzamos delabaqueta.com con una idea simple, ya sabemos que algunos de ustedes ya la conocen, pero aquí va de nuevo: “ofrecer un espacio virtual a pequeños productores y comerciantes que por causa de la pandemia y el confinamiento no podían vender sus productos”. Para estos comerciantes la vida no es sencilla, la chinga de salir a buscar el ingreso para mantener a la familia es diaria. La crisis del COVID-19 le dio en la madre a toda esta, de por sí precaria, economía. Sin poder salir a la calle o bien, salir y no encontrar a nadie, hacía que cada salida fuera un gasto que difícilmente podían afrontar por mucho tiempo más. Delabanqueta.com les ofreció una opción para colocar sus productos en un mercado completamente desconocido para ellos y al que de otra forma les hubiera sido difícil llegar. En palabras de Mich: “¿por qué me compran en Puebla, si allá no conozco a nadie?”. También les cayó el veinte de lo importante que es tener una buena presentación del producto, una fotografía bien tomada y una descripción que hiciera que la gente empezara a verlo con buenos ojos. La experiencia en delabanqueta.com nos puso a pensar sobre el impacto de las plataformas tecnológicas en la forma de comercializar sus productos. O puesto en otras palabras ¿estas chingaderas virtuales funcionan para los productores o comerciantes en vulnerabilidad? Si bien las ideas “innovadoras” (así con comillas, subrayado y en negritas, porque todos tienen ideas nuevas que son muy iguales a las del resto, pero todos creen que son innovadores por decirlas) de: “monta todo en una plataforma y ponte a vender”, o, “migra todo tu modelo de negocio a un esquema virtual porque para allá se está moviendo el mundo”, suenan bien chingonas, poco innovadoras y nada reales cuando eres un comerciante que con trabajo terminaste la prepa o que no tienes los ingresos suficientes para pagar una conexión a internet estable. La tecnología nos ayuda a acercarnos, nos permite vernos por camarita con los primos del otro lado y sentir que estamos más cerca de los que queremos, pero también incrementa las brechas que existen entre los diferentes segmentos de la sociedad. En términos de negocios, la gente que puede crear una plataforma en línea es privilegiada, porque se necesitan un chingo de cosas para que la primera venta llegue. Por ejemplo: saber leer y escribir para construir algo que enganche a la gente para entrar a la página, echarle coco a los números para no perder en las comisiones que cobran las plataformas, dinero para comprar un dominio, saberle mover a la compu (obviamente también necesitas una de esas) pa’ manejar la plataforma donde vas a vender (shopify, wix, FB, o cualquier otra), nociones de diseño digital y un montón de cosas que si le seguimos no acabamos. Ahora imagínate que eres doña Argelia y quieres vender tus tamales en línea, simplemente lo verías como algo imposible y que no es para ti. En conclusión… el comercio digital (por más que nos quieran decir que sí y que nos avienten miles de argumentos “innovadores”) no está diseñado para ser equitativo e inclusivo. Es más, podemos decir que excluye a todos los que no tienen los requisitos mínimos: conocimiento, dinero y alguien que te pueda acompañar durante el proceso. En delabanqueta.com trabajamos de la mano con el comerciante, ellos son incluidos a lo largo del proceso de venta, participan tomando fotografías, se emocionan cuando les cae una venta, preparan el paquete con bastante ilusión y reciben un ingreso justo por el valor de sus productos. Lo que no saben hacer, lo hacemos juntos… sacamos las cuentas pa’ saber el costo y precio, les enseñamos a mejorar sus fotografías y lo chingón es que no nomás aprenden de nosotros, sino también de otros emprendedores que se sumaron a delabanqueta.com. Y si vemos algo que de plano está muy cabrón, lo hacemos nosotros, como moverle a la compu para que los productos lleguen a donde tengan que llegar y para que el dinero llegue a donde se necesita. Pero no nomás es hacer una plataforma digital como un mercado solidario y ya, porque para que el mercado funcione se necesita alguien que venda, pero también alguien que compre. No se trata nomás de crear un espacio para ofrecer productos accesibles y de calidad, se necesita de un consumidor consciente del valor de todo el trabajo detrás de la pieza, para que los productores locales tengan ingresos dignos. Cuando regresemos a la nueva normalidad necesitamos, más que nunca, de este tipo de compradores, pues de ellos dependerá que se cumpla la promesa de inclusión que hoy representan las plataformas tecnológicas de comercio justo y solidario, como delabanqueta.com. En donde el sueño de que todos salimos adelante porque todos somos de la misma sociedad se cumpla, y donde la solidaridad y respeto por el trabajo de nuestros pequeños productores y comerciantes sea lo que rige nuestras relaciones comerciales. En delabanqueta.com, apostamos por llegar a estos compradores, porque confiamos en que la solidaridad es la mejor forma de salir adelante. Síguenos visitando, síguenos recomendando y sigue comprando, los sueños se hacen realidad cuando todos trabajamos por ellos.
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